Lo primero es tener claros los objetivos y criterios de evaluación que quiero evaluar, a partir de ahí establezco unos indicadores que concretan cada uno de los criterios y elaboro una pregunta que me ayude a saber si lo han conseguido o no.
Intento que esas preguntas sean lo más concretas posible a través de tipo test, verdadero o falso, unir opciones, completar huecos con palabras,.... de esta forma nos aseguramos que la corrección sea lo más justa posible, ya que solo hay una respuesta válida posible.
Pero, en ocasiones, lo que queremos evaluar requiere de una pregunta con respuesta abierta. En este caso intento establecer unos ítems mínimos que tienen que aparecer en la respuesta para darla por correcta y ser lo más justa y estricta posible.
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